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02 2023

Carta de apoyo a Manuel Borja-Villel

Institute of Radical Imagination

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Queremos dar nuestro apoyo a Manuel Borja-Villel, director del Museo Reina Sofía de Madrid hasta hace unos días, quien en las últimas semanas ha sido objeto de una campaña difamatoria y violenta por parte de algunos medios de comunicación de la derecha española.

No leemos esta historia de forma aislada. En España, como en Italia, Austria, Eslovenia, Polonia, Hungría y en muchos otros territorios europeos, hay un despertar constante del aparato político de derecha que pretende construir campañas para deslegitimar la cultura abiertamente antifascista, antif-autoritaria y en defensa de los derechos sociales y civiles. La derecha se ha dado cuenta de la importancia de construir una hegemonía cultural y lucha por destruir, pieza a pieza, el ecosistema cultural europeo, para poder reemplazarlo con aparatos nacionalistas, conservadores, esclavizados a una idea mercantilizada de la cultura. Un ejemplo de ello es el actual Ministro de Cultura italiano, en el nuevo gobierno ultraderechista encabezado por Giorgia Meloni, cuando afirma la importancia de reconstruir una identidad cultural de derecha hegemónica difundiendo paradójicas fake news como la que ve a Dante Alighieri, padre de la lengua italiana, trasladado al registro de pensadores fascistas.

Manuel Borja-Villel y el equipo del Reina Sofía han trabajado bien en estos 15 años de gestión del museo. El Reina Sofía se ha convertido en una de las instituciones de arte contemporáneo más importantes de Europa y en un punto de referencia para una densa red institucional Latinoamericana. Se ha convertido en punto de referencia porque ha querido ponerse al servicio de ese proceso decolonial que pesa sobre la historia de España. Es también punto de referencia por haber actualizado ese Guernica que le hace tan famoso, precisamente mostrando  las raíces antifascistas de la Europa del siglo XX.

El trabajo realizado en los últimos años ha actualizado Guernica no solo rediseñando el papel de la colección permanente, sino también devolviendo el museo al barrio donde está ubicado, Lavapiés, haciendo del museo una institución porosa y rompiendo las barreras sociales donde la arquitectura había levantado elegantes paredes .  El Museo Reina Sofía se ha convertido en un “museo situado”, no sólo para el barrio y la ciudad de Madrid, sino también para Atenas, El Cairo, Estambul, Venecia, Buenos Aires, Berlín, Varsovia, Palestina, Milán, Nápoles, San Petersburgo, Barcelona, etc. Un museo situado en todos estos territorios porque sus proyectos son dispositivos de activación política de cientos de comunidades y redes. Porque Manuel Borja-Villel y su equipo han sabido impulsar esta idea de transformar redes y relaciones en infraestructuras para la producción cultural. Nuevas infraestructuras para el museo que, sin embargo, se expanden más allá de sus límites físicos.

Juntos, hemos denominado esta práctica de traspasar límites, este movimiento, una nueva forma artística instituyente. Por este motivo, la derecha teme a la figura y obra de Manuel Borja-Villel, porque no controla el poder de las redes con las que el Museo ha crecido en los últimos años, porque repudia y aborrece cualquier práctica constituyente como la que ha tenido  lugar durante su dirección.

Para nosotros en el Instituto de Imaginación Radical, el Museo Reina Sofía ha sido un referente fundamental para la experimentación alterinstitucional, la prefiguración política y artística, y para una ética fuerte frente al elitismo y fascismo cultural que caracteriza el momento histórico actual. En el Instituto de Imaginación Radical hemos tenido muchas colaboraciones con el Reina Sofía (grupos de investigación, conferencias, exposiciones, simposios) que han tenido un peso fundamental en nuestra visión y misión política y artística. El Reina Sofía de Manuel Borja-Villel ha generado en torno a él un tejido conectivo de intelectuales, artistas, instituciones culturales y centros sociales que ha constituido una auténtica comunidad de referencia para el IRI. No es sólo la visión política y artística de Borja-Villel la que está siendo atacada. Es también su inmensa capacidad para entender e interpretar los grandes cambios históricos en clave radical y antiburguesa pero al mismo tiempo con pragmatismo y “sentido común”, cualidades incómodas en la era actual de extremismos estúpidos.

A partir del dos de febrero se abre una nueva etapa para el Museo Reina Sofía: esperamos que este proceso constituyente logre determinar un futuro en continuidad del legado de Manuel Borja-Villel, a través de toda la inteligencia colectiva de los trabajadores que atraviesan el museo, de los y las artistas que contribuyen a su programa y de las redes de operadores culturales, académicos y activistas que se vinculan a él.

Hacemos un llamamiento internacional para apoyar al equipo del Museo Reina Sofía en este momento de transición y cambio, y determinar juntos lo que está por venir.


Sign the letter: Institute of Radical Imagination