Cookies disclaimer

Our site saves small pieces of text information (cookies) on your device in order to keep sessions open and for statistical purposes. These statistics aren't shared with any third-party company. You can disable the usage of cookies by changing the settings of your browser. By browsing our website without changing the browser settings you grant us permission to store that information on your device.

I agree

06 2019

La mirada alternativa sobre la realidad.

Nota sobre el rol del periodismo y el cine independiente en las luchas cívicas recientes de Guatemala.

Sergio Valdés Pedroni

languages

–I–

A nivel social existen al menos dos grandes tipos de comunicación: una vertical, concentrada en minorías y caracterizada por el monólogo, que responde al ideal de preeminencia del emisor sobre el receptor y ofrece pocas o nulas oportunidades de diálogo y respuesta crítica. Es la comunicación que ejercen políticos corruptos, empresarios antidemocráticos, medios de comunicación corporativos y hegemónicos, voceros de grandes potencias frente los países pobres, etcétera.

Por otro lado está la comunicación participativa e incluyente, que reconoce las diferencias, favorece el diálogo, la construcción de consensos y los procesos de cambio en favor del bien común. Es una comunicación horizontal, donde los emisores y los receptores sostienen una relación de reciprocidad.

Con los Acuerdos de Paz de 1996, después de 36 años de represión militar y resistencia popular, Guatemala se propuso pasar de la violencia a la concordia, de un Estado de hecho a uno de derecho, de un modelo excluyente a uno participativo, del crecimiento económico al desarrollo sostenible, del olvido del genocidio al recuerdo y el resarcimiento; y en materia informativa, de la manipulación mediática a un ejercicio crítico de la comunicación social.

En pocos años, la burguesía conservadora, de la mano de Estados Unidos, dio la espalda al consenso, reforzó el viejo carácter criminal del ejército y volvió corrupto al Estado, a niveles pavorosos. Tampoco la izquierda, en nombre del pueblo indígena y mestizo explotado, estuvo a la altura del desafío y fue “incapaz de desarrollar la lucha contra-hegemónica en ámbitos múltiples para construir un nuevo Estado desde abajo, olvidando cosas tan importantes como la función social de la propiedad, el compromiso de crear instituciones para investigar la historia del conflicto armado, el estudio y penalización del racismo y el problema de la salud mental de una población traumatizada por la violencia y la marginación económica”[1].

El narcotráfico y las mafias locales cooptaron a las instituciones, el país fue entregado a las grandes corporaciones mineras, con su cauda de pobreza, represión policial, violaciones a la constitución y al derecho consuetudinario de los pueblos indígenas y deterioro ambiental a nivel de ecocidio, como sucedió con el río La Pasión[2] y la Franja Transversal del Norte, una extensa zona de bosque tropical húmedo hoy dedicada al cultivo de palma africana.


–II–

En mayo 2015 la sociedad civil se dio cuenta que, una vez más, había sido objeto de engaño y despojo a gran escala, y salió a las calles a luchar por sus derechos, combatir la corrupción y enfrentar la impunidad de políticos y empresarios conservadores, herederos de la vieja cultura autoritaria. El proceso fue acompañado por medios empresariales de vocación democrática (La Hora, elPeriódico), plataformas virtuales de clase media vinculadas a universidades privadas o fundaciones internacionales (Plaza Pública, Nómada), estaciones radiofónicas de la iglesia católica progresista y organizaciones no gubernamentales, columnistas y corresponsales extranjeros independientes, medios alternativos y redes sociales de todo el país.

Aunque se lograron cambios formales y se obligó a la renuncia del gobierno del antiguo militar contrainsurgente Otto Pérez Molina[3], el fruto de las protestas de 2015 era capitalizado por los sectores tradicionales de poder y sus medios de comunicación insistían en que la corrupción es el problema de fondo y no el síntoma de una enfermedad mucho mayor y compleja (Prensa Libre, canales 3, 5, 7 y 11 de televisión abierta, Emisoras Unidas, Vea Canal, Canal Antigua, etcétera), la sociedad civil avanzaba y se producían nuevos procesos de debate publico, organización y comunicación social crítica.

Gracias en parte a los medios alternativos e independientes de comunicación social y a pesar de la entronización ideológica fanática de las iglesias neo pentecostales, que niegan la historia y se opone a la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, hoy el grueso de la población comprende que la violencia y el atraso son producto de la pobreza e insatisfacción de sus necesidades básicas en materia de salud, vivienda y educación; de la pavorosa desigualdad en la tenencia de la tierra cultivable; de falta de regulaciones en materia de preservación del patrimonio natural y cultural del país y de la permanencia de una cultura machista lacerante, que se traduce en femicidio y violencia intrafamiliar[4].


–III–

El periodismo alternativo es ante todo impugnación y oposición al modelo dominante, organización de los receptores para que se constituyan en emisores de su propia realidad, modelos cooperativos o asociativos de propiedad y control tecnológico de los medios, cambios pluralista en cuanto al contenido de los mensajes y el rol del receptor. En esta corriente se te inscribe el periódico feminista mensual La cuerda, la red de comunicadores indígenas Tz'ikin', la Federación de Escuelas Radiofónicas de Guatemala, la plataforma urbana Barrancópolis (quizás el medio virtual más audaz y contestatario de toda la región centroamericana), RIO / Medios Independientes (asociación vinculada a HIJOS, organización de familiares de desaparecidos políticos) y la agencia Prensa Comunitaria Km. 169, que nació del proceso de consultas comunitarias a raíz de la crisis de 2011 por la imposición del modelo de minería extractiva en la cuenca del río Polochic (Cobán e Izabal) y en municipios de San Marcos y Huehuetenango, al occidente del país, que derivó en desalojos violentos, criminalización y asesinato de defensores de derechos humanos y Estado de Sitio en Barillas (Huehuetenango), como tentativa gubernamental por reprimir el rechazo popular a la enajenación del patrimonio natural del país[5].

RIO / Medios Independientes y Prensa Comunitaria son proyectos comunicacionales híbridos que utilizan herramientas de las ciencias sociales, el periodismo, el arte, el cine, los feminismos y el conocimiento popular para hacer narrativas democráticas de los acontecimientos políticos, sociales y económicos del país. Junto a redes como Tz'ikin y al equipo de la muestra de cine MEMORIA VERDAD JUSTICIA, han producido un importante retrato de lugares emblemáticos de reunión comunitaria, sitios sagrados, héroes y heroínas populares, escenarios de conflicto y violación de derechos humanos y organizaciones.  

Se trata de un modelo colaborativo de tendencia autogestionaria, aunque casi todos aún reciben apoyo la cooperación internacional y de agencias o redes afines de Europa. Es un esfuerzo loable y necesario por narrar la realidad desde los propios sujetos, de donde toman las palabras y las imágenes.


-IV-

La historia y la actualidad del periodismo guatemalteco, y de la comunicación social en general, con sus múltiples formas de registro, edición y circulación de mensajes está llena de buenas y malas intenciones, de originalidades y plagios, de repeticiones y anacronismos, de éxitos y fracasos, de claudicaciones y reanudaciones. Es una historia con ex­periencias y perspectivas múltiples, las más de las veces ligadas a dolorosos condicionamientos mercantiles y limitadas por la ceguera de los empresarios del periodismo.

La discusión sobre el modelo vigente de los medios de comunicación y la legitimidad de sus enunciados supone un doble desafío: pensar su democratización en términos de propiedad y repensar los modelos de representación noticiosa de la realidad.

Democratizar el periodismo es democratizar la sociedad; ambas tareas son urgentes y demandan solidaridad. El destino de un país, la magia y sabiduría de sus pueblos originarios, la integridad de la vida y la dignidad de un capítulo hermoso y lastimado de la existencia humana están en juego.

 

---

[1] J. Ramón González Ponciano; guatemalteco, investigador de la Universidad de Stanford.

[2] En junio de 2015 se produjo la muerte súbita de la fauna de este río clave para el equilibrio ecológico del país y la región. Ver: https://cmiguate.org/la-pasion-desastre-ecologico-y-social/

[3] Pérez Molina y otros altos funcionarios siguen presos bajo cargos de corrupción y peculado, entre otros.

[4] 700 asesinatos anuales según datos oficiales del Instituto Nacional de Información Estadística (INACIF 2017).

[5] El directorio de periodistas y medios independientes es amplio y abarca desde la oficina de prensa de las pastorales sociales hasta Asociación Comunicarte, pasando por Red Abix Comunicación de Barillas, productora Yechel Films, radio Snuq Jolom Konob, Colectivo de Comunicación y Cultura, etcétera.

.